sábado, 29 de marzo de 2008

Por qué no?

Y por qué no me pides una cita? Lo tienes fácil...

jueves, 20 de marzo de 2008

Fuera todos!






Hoy hace un día estupendo, nada de pasárselo en casa escribiendo post.




A pasear!

martes, 18 de marzo de 2008

lunes, 17 de marzo de 2008

La casa iluminada


Ayer por la noche sonó el teléfono (una madre buscando a su hija) y cuando me incorporé del sofá esto fue lo que vi. Afortunadamente, esta casa lleva abandonada y tapiada mucho tiempo por lo que no hubo nada más que el susto. Sin embargo, nos quedamos impresionados por la fuerza del rojizo en medio de la noche. Los bomberos tardaron horas en apagarlo poco después de que el techo se viniera abajo.


Al rato la columna de humo se desplazó y tuvimos que cerrar las ventanas del número 72.


Es una de las casonas que quedan por el barrio, algunas de las cuales siguen habitadas como auténticos chalets de otra época en medio de los edificios. Casas con inmensos jardines y galerías que muchas veces, asomados desde la terraza, los amigos hemos bromeado los amigos con comprar y restaurar. Incluso nos repartíamos los pisos y las habitaciones...


Pero esta casa vió de todo en sus últimos tiempos. Primero en refugio de drogadictos y luego saltó a las noticias porque se encontró un cadaver de un asesinato del que ya no recuerdo el motivo. Luego la tapiaron y quedó a la espera de un futuro que, si no era éste, tampoco habría sido mucho mejor.
Y hoy la noticia en Barcelona.

domingo, 16 de marzo de 2008

El viaje al número 72


Un hecho tan insignificante (o no?) como encontrar el blog de Q. me ha empujado a apagar la consola y reabrir mi blog casi tres años después. Ahora mi blog y yo vivimos en el número 72.

Y como ya no recuerdo qué es lo que ha pasado desde entonces (incluso a veces, ni reconozco lo que en su momento escribí...) sólo os diré que estos días se me ha pegado la canción de Vetusta Morla, que he bailado a Duffy su mercy y que he estado en plan melancólico mientras mis amigas decidieron que este era el fin de semana del sexo 24 horas, lo que me ha dejado disfrutar de esa soledad que es tan dañina y adictiva como cualquier droga.

La SS está ahí y me quedaré esperando mientras saboreo la tarta de queso y castañas que intenta tapar otras necesidades.

te escucho.